jueves, 2 de mayo de 2013




El sol se colaba por las hendijas de la persiana.
Un cálido rosa amanecer marcaba e desvelo.

Giraba por la cien un rostro fundido.

Aborreció cada pensamiento.

Se odiaba por adelantado a los hechos que cometería horas después.

Un plan perfectamente armado, durante meses, tendría el desenlace más esperado.




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