Juntamos todos los miedos y desconfianzas. Las pusimos sobre
la mesa. Y con lágrimas de amor les dijimos adiós.
Nos curamos y nos abrazamos, lloramos, reímos y fuimos.
No nos importaron las condiciones que nos ponían de afuera.
Nos escuchamos y fuimos libres.
Ese día empezamos a amarnos
incondicionalmente, no porque alguno resigne algo para el otro, sino
porque todo está a la vista. Porque nos amamos y el amor es libre también.
No hay comentarios:
Publicar un comentario