Después de varios intentos fallidos, consiguió su propósito.
Nos rozábamos, jugábamos a que no sabíamos lo que hacíamos.
Nos besamos... Nos besamos... Nos besamos.
Me miró, me acarició y entre dientes y la mirada en el futuro, me dijo: Tengo miedo de cómo te vas a sentir mañana...
Lo miré, lo besé... Dormimos hasta mañana...
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