viernes, 22 de agosto de 2014

I love you but you're freaking me out




El sol de verano no es el mismo que el de invierno.
El sol de las 14 no es el mismo que el de las 18.
El agua en tu boca que estaba en el vaso no es la misma agua que ahora yo tomo.
Los lunares de ayer no son los mismos que los de hoy.
La primera fotografía ya pasó. Y ahora ya no sé.

El tiempo corre, yo lo sigo atrás. Y aunque me estire, me agite y aunque intente de verdad nunca llego a él.
Y ¿viste cuando la metáfora te queda tan literal?
No logro llegar a ningún lado. Estoy tan geométrica como siempre.

Qué son estás lágrimas en un rio que no es el mío.
Que nadie las veas.
Cómo explicar lo qué no sé.
Quiero llorar todo el día y esconderme bajo mil sábanas.
De repente estás sonriendo y tu vida está llena de risas.

Los muros crecieron y no mi di cuenta. 
Cómo es que de repente todo está amurado y yo tan encerrada. 
No puedo ver. 
No sé que más hay.

Quiero irme con la corriente tan lejos.
Quiero irme.
Irse no es malo, dijo él.
Y si los finales son inconclusos tiene más dulzura.
¿Qué pasa con vos?
¿Qué pasa conmigo?

Creo que ya no existo. Y soy otra. Un día desaparecí y nadie dijo nada. Todos callaron y yo ya no estoy. Entonces esto que soy es nada para todos.
Hablo todo el tiempo de lo que creo, de lo que siento, de lo que pienso. Hablo del amor, hablo de las relaciones. Me incomodo. Y de repente estoy de vuelta en un lugar común. Soy la angustia que te paraliza. Soy la angustia que no te deja salir. Soy la angustia que te derrite los ojos. Que te come la panza. Que te agita el corazón. Soy tanta mierda metida.


La ola es cada vez más grande y yo no me siento en la punta. Giro hasta ahogarme dentro de ella. No muero, porque no puedo. Agonizo.



jueves, 14 de agosto de 2014

Lo que está mal




Conté los lunares de su brazo derecho. Dieciséis hasta lo que su remera me dejó ver. Quizás tiene más. En el hombro no conté, en su antebrazo no conté. Seguro tiene más.
Un mar de lunares rodean una cicatriz blanca como una isla. El vello no le cubre el codo. Tiene dos cicatrices más en su mano.
Ocho tengo yo en total. Desde el talón hasta la frente, suben y bajan.  Tres en la pierna derecha. Una en la panza más el ombligo. Una en cada mano. Dos en la cara casi imperceptibles.
Cuarenta y un líneas blancas de distintos grosores en el antebrazo izquierdo. Algunas más perdidas en la espalda, creo que tres. Una a cada lado de la cadera. Y un triángulo negro en las costillas izquierda.
Él tiene cuatro triángulos en su cabeza.
Somos un cuadrado. Él no lo sabe bien, yo muy bien tampoco.



viernes, 1 de agosto de 2014



Pienso en vos un montón. Pienso y lloro. No quiero llorar.

Veo la gente pasar. Ellos también piensan. No somos, sólo, nosotros los que estamos mal. Ellos también. Veo sus caras en el colectivo, veo sus caras caminar, veo que no están.

Dormimos juntos, casi cogimos.
Dijiste que nos reiríamos de lo que fuimos.
No somos nada.
Ya no me río.

¿Qué negás? ¿A quién negás?

Quiero dormir abrazada a vos como alguna vez. Pero más quiero dejarte ir.

Camino el parque una y otra vez.
Camino libros. Camino canciones.
Camino el centro de la cuidad vacío por tanta humedad.
Me transpiran las manos.
Alguien llora, no soy yo. No sos vos. Vos no estás. No podes ser vos.

Camino el sendero del parque.
Camino Tokio blues.
Camino equilibrista.
Camino pero no me acerco a nadie.

Escribo al revés. Pienso al revés.
Me acaricio el cuerpo.
Te pienso.
Lloro.

Ves, ¿Te das cuenta?
Algo no está bien.
No estamos bien.
No pensamos bien.
No somos bien.
No queremos bien.





Te doy un beso pero vos no te das cuenta.
La calesita gira y gira.
Vos estás perdido.
Las luces empiezan a brillar.
Te dejo, te vas. Nunca estuviste conmigo.