Se abre el pecho, se pierden los sentidos, te olvidas de respirar, de vivir. LLoras.
Después empezas a olvidar, las manos, el color del pelo, la cara. Se te olvida la cara, la recordas, recordas lo que sentías al ver su cara, pero imaginarla, focalizarla es imposible.
Quiero recordar su sonrisa, la veo lejana, entre neblina, necesito entre cerrar los ojos para darle algo de forma, recuerdo lo que sentía cuando sonreía pero no puedo acordarme como sonreía.
Entonces olvidas recordar, ese día que te destrozaba empieza a ser otro día más. Empezas a olvidar, se te olvida recordar, no queres recordar, se te olvida recordar, queres recordar, te olvidas de recordar, queres olvidar, olvidaste recordar y su rostro se fue y lo que te hacia sentir se fue y es un nombre más. Te olvidas de recordar. Solo vienen momentos, sensaciones pero nunca más ves la cara.
Miro una foto, pero no es él. La miro y cierro los ojos. Intento volver a verla en mi memoria, nada, no pasa nada.
Cada vez duele menos. Quedo el dolor de no saber la verdad, quedó el dolor de haber sufrido ese día y por tanto tiempo, recuerdo el dolor, los llantos, los gritos, el presente ahora y siempre, su nombre escrito en una pared, en una hoja, en una remera, pero no lo recuerdo a él.
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