A cada instante cae un mensaje contándome el color de la luna, el tren que va a marruecos y que pasa cuando me duermo. Alguien que está en la ruta como yo, me cuenta su viaje tan distinto al mio. Vamos haciendo el mismo camino, hacia el mismo lugar pero vemos cosas distintas. Me cuesta contestarle, casi que no quiero, leo y releo mensajes de mi celular. Quiero ser romántica pero me parece que eso ya no es para mi. Cada vez vibran mis manos, espero que no sea el viajero sino alguien más pero eso no pasa. Todo el tiempo tengo que cuidarme de este pensar. No quiero ser rebuscada, pero lo soy.
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