No respondiste.
¿Quién es débil? Me pregunto.
Siempre pierdo en este juego.
Soy más débil que vos.
¿Quién es débil? Me pregunto otra vez.
No juego más. Grité.
¿Por qué es tan triste perder? Pienso.
Quiero ganar.
Dejarte y no volver.
Pero vuelvo, siempre pierdo y perdí, otra vez, perdí.
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