lunes, 2 de junio de 2014

Una noche de neblina






No fue la última vez que nos vimos, sino la anterior. Volvíamos caminando entre la niebla de la búsqueda gulera al kiosco. Un alfajor en cada mano.

Vos dijiste algo como, "estoy feliz, mi vida es como más o menos quiero que sea". Te pregunte cómo era tu vida, entonces me relataste paso por paso lo que hacías cada día, desde que te despertabas hasta que te Dormías.

A lo que yo te respondí, "No entiendo cómo alguien puede saber cómo quiere que  sea su vida". Me miraste y  me dijiste, "No entiendo cómo alguien no puede saber cómo quiere que sea su vida".




No hay comentarios:

Publicar un comentario