miércoles, 4 de junio de 2014

Y aunque no quieras, estás




En el cuaderno donde escribo, estás.
En el libro de cuentos que robe, estás.
En las letras de las canciones, estás.
Cuando duermo, estás.

Estás. Siempre estás.
Vos no querés. Pero estás.

Estás en los caramelos Billiken del frasco de vidrio.
Estás en la agenda Macanudo de mano.
Estás en las plantas que hay que regar.
Estás en mi cama, también.

Estás. Por más que no quieras, estás.

Estás cuando a los gritos canto. 
Cuando lloro.
Cuando quiero olvidarte.

Estás en las salidas nocturnas.
En el humo de mi porro prendido.
En las lágrimas oculta.
En el llanto desesperado también estás.

Estás en los tipos que me cogí.
Los que me cogieron.
Y los que nunca me monté.
Estás en todos ellos.

Estás en las calles que camino.
Estás en los versos que escribo.
Estás guardándote.
Estoy guardándote en papeles.

No te alejo más.
Te guardo en mis bolsillos.
No te enojes más.
Te guardo en mis cuadernos.
No te quiebres más.
Te guardo en Internet también.




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