Los truenos que aquietan las voces de la ciudad.
Retumba el piso, se mueven los cimientos.
Y de golpe una luz que cubre a todos y a mi.
No estamos solos.
No estamos solos.
No estamos solos.
No estamos solos.
Está todo pintado con acuarelas y la lluvia va a lavar la
ciudad.
Desaparecen arboles. Y los chicos también lloran.
Se inunda la ciudad y se mezclan los colores.
Un charco arcoíris que brilla por el rayo de un sol lejano.
Es de noche y no hay luna.
No estamos solos.
No estamos solos.
No estamos solos.
No estamos solos.
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