sábado, 21 de julio de 2012
Ansiedad
Lo buscaba y me decía que estaba feliz. Que estaba con alguien que había sido un verdadero apoyo para él. Que se iba a casar con ella.
Me desperté sintiéndome abandonada. Por él, por la vida. Quise llamarlo. Pero de a poco la ansiedad empezó a bajar y deduje que esa sensación venía por el cambio de actitud que él había tomado en mi sueño. Y porque desde que lo deje no sé había comunicado conmigo.
Sigo firme, no lo llamé, ni lo llamaré. Ese sueño fue un reflejo de cosas que él me decía y tanto mal me hacían. No era algo que deseaba, sólo fue un recuerdo confuso.
Si la ansiedad vuelve, sólo hay que sentarse a escribir.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario