miércoles, 18 de julio de 2012

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Son como síntomas. Aparecen uno después del otro. Si sabes el orden de estos, entonces podes controlarlos. Sino sos un caso perdido. Y corres el riesgo de caer ante esta terrible enfermedad.

La enfermedad: desintoxicarse del amor. Del desamor. Volver a la realidad.

Antes de caer en volver a llamarlo, borre todo del celular, sus mensajes, su número, el registro de llamadas. Pero no hay que ser ingenuos, es obvio que cada dígito está  marcado en una parte del cerebro.
Antes de que se te ocurra llamarlo, respirá hondo. Y si eso no funciona, antes de poner su número marca #31#, así si te arrepentís y cortas, jamás sabrá que fuiste vos.

En el momento en el que tomaste la decisión de acabar una relación, seguro tuviste mil razones. Pero en estos días, los primeros, vas a encontrar otras mil que te dicen que vuelvas a intentarlo. Entonces, volvé a respirar hondo y date cuenta que esos pensamientos, son viejas imágenes de cuando estaban en el mejor momento, seguro ante de los seis meses. Cuando hasta el sexo era increíble. La solución es cambiar esos pensamientos, por los últimos momentos vividos.

No lo llames. No lo llames. No lo llames. No lo llames. No lo llames. No lo llames. No lo llames.

No lo llames. Es la primera etapa la más difícil. Después es más fácil olvidarlo.

Borralo de tu vida. Borralo de todos lados.

Antes de llamarlo, pensá. ¿Para qué? ¿Qué le voy a decir? ¿Qué lo amo? ¿Qué lo extraño? ¿Qué?




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